Gustos no tan culposos.
Con esta entrada comienza un ciclo en el que el blog toma un carácter semanal. Haré lo posible por publicar cada domingo.
Hace unos días noté que varios de mis contactos en Facebook habían dado 'like' a una publicación del perfil oficial de Fox, la nueva temporada de Cumbia Ninja. En lo personal me parece una serie de mal gusto. Así que me dije a mí mismo, que siendo al rededor de 30 o más contactos a los que les había gustado esa publicación, podría hacer una trolleada.
Los que me conocen, saben que a menudo hago trolleadas en Facebook; ya sea con comentarios en fotografías, con publicaciones ácidas, o simplemente en el chat.
A esa trolleada respondieron dos personas de las que jamás esperaría su respuesta, tanto por saber que soy un jodón, como por que yo en mi vida sospeché que tuvieran ese tipo de gustos, lo que nos lleva hoy mismo a esta entrada.
Hace unos años cuando una chica de España hizo un video para Youtube en el que se defendía como fan de Justin Bieber e insultaba a metaleros y rockero, el videoblogger que yo más disfruto ver (y admiro), Dross, dio su opinión y dijo algo que se me quedó muy gravado:
"Todos disfrutamos de la basura, pero hay que ser conscientes de que es basura."
Y es verdad.
El mundo del entretenimiento siempre se ha regido por los gustos de la mayoría, y la mayoría gusta de un producto vanal, vulgar y que no lleva a ninguna reflexión o esfuerzo para consumirlo.
Esta fórmula se utiliza tanto en televisión, como en libros, como en películas. Bien escuché alguna vez "Una canción es exitosa cuando es muy fácil tararearla."
Por mucho que nuestros gustos sean recatados; por más intelectuales seamos, en esta sociedad consumista por excelencia, no podemos librarnos por completo de consumir algún producto chatarra en una de sus diversas presentaciones. Y de hecho, muchas veces, ni siquiera sabemos que lo que consumimos es basura.
Por ejemplo: a manera muy personal, disfruto leyendo de las obras de Stephen King, pero he escuchado críticas muy negativas de compañeros literarios acerca de este señor y sus obras. Y a la fecha no las entiendo del todo.
Así pues, sucede con los gustos de las demás personas.
Pero cuando sabemos que aquello que nos gusta es malo, olvidense. Se convierte en nuestro gusto culposo.
Nos da pena admitir que nos gusta y lo ocultamos como el más celoso secreto.
¿Debemos permitirnos guardar las apariencias?
¿Debemos ocultar esos mal llamados gustos culposos sabiendo que todo mundo los tiene, y puede que peores que los nuestros?
Yo creo que no.
Y hay quienes quieran defender sus gustos con argumentos tan variados y falaces cuando se pueden defender tan sencilla y claramente con: "Sí, me gusta. Me gusta tanto como a ti te puede gustar cualquier estupidez hecha para gustar y vender."
0 Comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal